Dr. William Soto | Museo Holocausto - Buenos Aires, Argentina

Dr. William Soto | Museo Holocausto - Buenos Aires, Argentina

Presidente del Museo del Holocausto Gustavo Sakkal, Lcda. Gabriela Scheyer,  Directora Ejecutiva del Museo del Holocausto; Presidente de DAIA, Julio Schlosser; sobrevivientes del Holocausto: Isaac Zafrán, Jaime Urszansky, Motel Mesyngier, Regina Fiszman, Eugenia Unger, Francisco Usher; miembros de la comunidad judía; Coordinador de Argentina, Guillermo Rodríguez y su esposa Erika Rodríguez de la EMAP; y Coordinador de la República del Paraguay (si está, si ya llegó), Dr. William Paras y su esposa Licda. Karita Machado de Paras; senadora Blanca Fonseca del Paraguay;

Señoras y señores, mi fraternal saludo para todos los amigos presentes en este recinto. Gracias por darme la oportunidad y el espacio, el cual valoro y aprecio.

Es para mí un gran privilegio poder estar en medio de personas como ustedes, que desde la posición donde están: trabajan por defender los derechos humanos, los valores de justicia, igualdad, solidaridad, y amor al prójimo; virtudes fundamentales que nos permiten como familia humana, alcanzar una convivencia pacífica y el marco del respeto.

Mi admiración a todos los sobrevivientes del Holocausto aquí presentes, quienes con su fortaleza nos han dejado importantes lecciones de vida; ustedes constituyen un ejemplo para la humanidad, porque a pesar de haber sido víctimas del odio, la crueldad, y la violencia del régimen nazi, han tenido la fuerza para iniciar una nueva vida; aún en países diferentes a los de su origen. Formaron una familia, se integraron al campo laboral, y lo más importante: a pesar de tanto sufrimiento y violencia a la cual los fueron expuestos por años, no perdieron la capacidad más hermosa del ser humano, “la capacidad de amar”.

El Holocausto fue un crimen que cambio completamente a  la comunidad, marcó un antes y un después. Por esa razón es importante transmitir esta parte de la historia a las presentes y futuras generaciones.

Cada una de las historias de vida de los sobrevivientes, debe ser contada: en las escuelas, colegios y diversidades; a través de conferencias, foros y actividades educativas; porque vemos con preocupación que la generación que vivió La Segunda Guerra Mundial, se está yendo poco a poco, y si los sobrevivientes como testigos presenciales de este crimen tan atroz no transmiten los hechos, no hacen ni escuchar sus voces, entonces, quién lo va a contar.

No debemos dejar a las nuevas generaciones expuestas solamente a las posturas negacionistas o aquellas que minimizan y ratimizan el Holocausto. Para eso es fundamental que todos los testigos de este crimen hagan escuchar sus voces, y es una responsabilidad moral, de la comunidad judía: transmitir los testimonios como un legado para la familia humana.

Nunca dejen de recordar, y nunca dejen de contar al mundo, los estragos que provocan: la discriminación, la intolerancia, los prejuicios y la falta de sensibilidad.

Cuéntenle al mundo de la barbarie a la cual son capaces de llegar los seres humanos, cuando pierden el respeto por la vida y dignidad del hombre. Cuéntenle al mundo sobre las señales de alarma frente a un nuevo genocidio, como detectarlas, y las acciones que pueden tomar para que un crimen tan atroz, no vuelva a suceder contra ningún pueblo en ninguna parte del mundo.

Hitler, por mente atento contra la existencia integral del pueblo judío. Al  desvirtuar su fe, privarlos del ejercicio de su religión, al quemar las sinagogas, al matar los rabinos, al desacreditar a su dios; atento contra su alma: al negarles la expresión de su identidad, al derecho a la educación, y el ejercicio de su profesiones, al eliminarle sus sueños como seres humanos, y la libertad de expresión; al cambiarles sus nombres por un número, los deshumanizó.

De esta forma Hitler intento matar el espíritu del pueblo judío. Al encerrarlos en guetos y luego en campos de concentración, al expulsarlos forzosamente y someterlos a condiciones precarias de existencia, y trabajos forzados; así como al fusilarlos y gasearlos, atento físicamente contra el cuerpo del pueblo judío.

Y los testigos de Hitler, el objetivo de Hitler, no era simplemente exterminar físicamente a los judíos; Hitler quería al pueblo judío de la historia, de la memoria; pero no tuvo éxito porque ustedes lucharon por su supervivencia, vencieron el antisemitismo y la discriminación. Cuidaron y preservaron la identidad del pueblo judío: su cultura, su idioma, sus tradiciones, su religión, sus preceptos; y ahora, Israel es un estado libre y soberano, ejemplo para todas las naciones.

A lo largo de la historia del pueblo judío, ha sido perseguido, y muchos líderes han querido borrarlos o exterminarlos del planeta tierra; como fue el caso de Amán, personaje que encontramos en el libro de Ester, quien en aquella época, le pide al rey Azuero eliminar al pueblo judío, y mediante la promulgación de una ley: destruir, y matar, y exterminar, a todos los judíos; desde el niño hasta el viejo, niños y mujeres.

Pero ni Amán ni Hitler consiguieron destruir al pueblo judío, a pesar de que adoptaron hasta las leyes de sus gobiernos para respaldar este fin; no pudieron eliminar el pueblo judío, quien vive y vivirá para siempre.

A todos ustedes sobrevivientes, mi admiración, y mi compromiso de seguir trabajando en defensa de los Derechos Humanos: en contra del antisemitismo, los prejuicios, estereotipos, y la falta de sensibilidad, quiero terminar convocándolos a que nunca dejen de recordar, nunca dejen de contar su historia, porque como dice el Primo Levi: “No es lícito olvidar, no es lícito callar. Si nosotros callamos, ¿quién hablará?

Muchas gracias.

 

Moderador

Muchas gracias Dr. Soto. Ahora comenzaremos a develar las placas, pero cabe destacar y mencionar; a la Sra. Eugenia Unger, quien fue la primer sobreviviente que nos abrió sus puertas, para hacer  y develar la primer placa, acá en Argentina. Brindémosle un merecido y caluroso aplauso.