Helene Gutkowski / Argentina

Transcripción

HELENE GUTKOWSKI

SOBREVIVIENTE DEL HOLOCAUSTO

ARGENTINA

 

Mi historia, que es la historia de una persona que nació durante la guerra, que fue “abandonada” por sus padres cuando tenía dos años, entregada a una familia católica desconocida; esta historia también es importante contarla porque es uno de los pedazos del inmenso puzzle que es la historia de la Shoá.

Yo me llamo Hélène Goldsztajn (de soltera), y Gutkowski de casada. Soy francesa. Nací en París durante la guerra. Mi caso de haber llegado a la Argentina es distinto al de la mayoría de la gente que ha llegado, de los sobrevivientes que han llegado a la Argentina después de la guerra… y no por buscar –digamos– un refugio, sino porque me casé con un argentino.

Nosotros vivíamos en un barrio donde había muchos inmigrantes judíos, en el edificio había varias familias; llegó la policía y se llevaron… bueno, a todos, menos a mi mamá y a mi hermano y a mí, porque mi mamá decidió no abrir la posada, no contestar cuando golpearon la puerta. Eso era una decisión totalmente irracional porque se sabe que si ellos sabían que había gente adentro y que no contestaban, tiraban la puerta.

Mi hermano me llevaba nueve años, muchacho y circuncidado, o sea, que no podía pasar por no judío; mientras que yo tenía dos años, una niña sin signos externos de ser judía; optaron, o sea, decidieron (cosa que debe ser muy difícil para unos padres) dejarme en una familia que no conocían, una familia muy humilde, una familia de campesinos; bueno, mis padres tampoco eran ricos, pero digamos que era un cambio total de mentalidad y…

Así que mis padres me dejaron y ellos se fueron, lograron pasar la línea de demarcación, la frontera interior de Francia, lograron ubicarse en un pueblo cerca… al sur de Lyon, donde estuvieron más o menos, más o menos bien, durante un año casi.

La señora que yo después…, esta señora después me crio a mí, después de la guerra…, yo la llamé tatá. Tatá quiere decir tía en francés.

Bueno, tatá tenía un código con mis padres por si llegaba alguien… muchas veces hubo lo que se llama en francés une descent, o sea cuando llegaban los alemanes al pueblo; y entonces cuando había algún peligro tatá llamaba al perro de determinada manera; esa era la palabra que mis padres debían escuchar. Si había peligro y si tatá decía esta palabra, ellos tenían que esconderse, no podían estar.

Pero de todas maneras lo que tenemos que saber es que personas como tatá y totó Monsieur Le Mont, que salvaron a mis padres, arriesgaban su vida. Ellos no eran judíos y arriesgaban su vida porque tenían tres personas judías en su casa.

Bueno, si uno pierde la memoria abre la puerta a la repetición; y de hecho, lo estamos viendo constantemente. O sea, la guerra terminó, se hicieron miles de contratos o de leyes para que no vuelvan a suceder, y hubo Ruanda, en fin, todas las cosas horribles, Bosnia, que conocemos, y el odio entre facciones religiosas o entre religiones o en… sigue, sigue siendo mortífero.

Los que disminuyen la Shoá, o son ignorantes o son malvados. Es imposible disminuir la Shoá. Si uno es mínimamente culto, si mínimamente está consciente de lo que ha sido educado normalmente, no puede negarlo.