El Holocausto

Transcripción

HOLOCAUSTO

El Holocausto o Shoá fue el genocidio o asesinato sistemático burocráticamente organizado, de más de 20 millones de personas en Europa, en manos del régimen nazi y sus colaboradores.

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1920 - Europa

Tras la devastadora crisis política y económica de la Primera Guerra Mundial, que cambió por completo el mapa de Europa, y tras el rechazo hacia las condiciones impuestas por el Tratado de Versalles, se inició un proceso de empoderamiento de las dictaduras en gobiernos europeos.

De otra parte, el descontento de las masas, la percepción elitista de la supremacía del más fuerte y del culto al súper héroe; la enorme separación entre los dirigentes y el pueblo raso, no sólo por clases sino por ideologías políticas; crearon el ambiente propicio para que el Movimiento Nacional Socialista Alemán de los trabajadores, NAZISMO, generara la expectativa del regreso de una Alemania gloriosa, determinada biológicamente por una raza aria, viril, pura, creativa, culta, y la única capaz de derrotar la conspiración de los judíos; estos últimos considerados como un peligroso cáncer infiltrado en las sociedades europeas.

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1933 - Alemania

Asciende al poder Adolfo Hitler, demagogo, violento, totalitario y antisemita, quien creía en la jerarquía de razas, y poseía un odio y repugnancia visceral hacia los judíos, a quienes consideraba parásitos. Usa la democracia para tomar el poder mediante la nacionalización de las masas, y luego la elimina, convirtiendo su propia voluntad en la única ley, la ley del Führer, que reinaría mil años.

“Podemos estar felices de saber que este futuro nos pertenece enteramente”.

Su objetivo principal: hacer de Alemania un imperio expansionista bajo la teoría del espacio vital, eliminando a su paso lo que los nazis consideraban las razas inferiores, que podían debilitarlos por medio de su mezcla. Su campaña de deshumanización, segregación y aniquilación de los judíos —que había iniciado en la cervecerías de Múnich—, conduciría directamente a la solución del problema judío en el mundo.

A lo largo de su gobierno, el régimen nazi dicta leyes que impiden que el colectivo judío se relacione racialmente con el pueblo alemán; y luego se les prohíbe participar en la vida pública, ser contratados en cualquier empleo del gobierno, ingresar a las universidades, ejercer profesiones como la Abogacía y Medicina, o manifestar sus expresiones culturales. Fueron entonces obligados a llevar una estrella amarilla, como una señal de alerta y peligro para la comunidad.

La maquinaria de propaganda nazi circula periódicos, que se convierten en los principales medios de difusión de la ideología Nacional Socialista; sus territorios debían quedar libres de judíos.

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1935

Para 1935, Hitler ya había eliminado cualquier noción de Estado de derecho con la disolución del Parlamento, el sometimiento de los órganos judiciales, el control y censura de la prensa independiente, y la unificación en él mismo como Führer, en los cargos de Presidente, Canciller y Jefe militar.

Luego de la anexión de Austria, la ocupación de la actual República Checa y la invasión de Polonia simultáneamente y de común acuerdo con Rusia, Hitler obtiene lo que siempre buscó: el estallido de otra guerra mundial, que debía marcar el resurgir de Alemania y el nacimiento de un nuevo Reich.

Se crean guetos como áreas de reclusión súper pobladas en condiciones precarias inhumanas, donde las enfermedades, las bajas temperaturas y escases de alimentos, se propagaron, atormentando su estadía antes de ser transportados a campos de trabajos forzados, donde la política de aniquilación mediante el trabajo debía ser aplicada de forma implacable; así se les educaba sobre la diferencia racial.

Encontrarse apto físicamente para trabajar, significaba sobrevivir. Allí perdieron su identidad al ser reemplazados sus nombres por números, y su dignidad, siendo humillados, maltratados y sometidos a actos crueles y despiadados.

Francisco Witcher. Sobreviviente del Holocausto

“En los campos de concentración éramos números; no tuvimos nombres ni apellidos, eran números para descontar cada vez más, a que queden menos.”

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1941-1945

Entre 1941 y 1945, el régimen nazi comenzó la movilización de millones de judíos desde Alemania, los territorios ocupados y los países de muchos de sus Aliados del Eje, hacia los guetos y los centros de exterminio (también llamados centros de la muerte), donde fueron asesinados por  todos los métodos a su alcance, hasta la creación de las cámaras de gas y hornos crematorios construidos especialmente para los que se llamaría “la solución final”. La devastación de los judíos debía ser rápida, sistemática y efectiva.

Durante los últimos meses de la guerra, los nazis trasladaron a los últimos prisioneros de los campos, en tren o en marchas forzadas, con temperaturas bajo cero, denominadas ”las marchas de la muerte”, para no dejar ningún sobreviviente que pudiera contar lo ocurrido; hasta el 7 de mayo de 1945, día en que las fuerzas armadas alemanas se rindieron incondicionalmente a los Aliados, en un intento por evitar que estos liberaran grandes cantidades de prisioneros. A medida que las fuerzas aliadas se acercaban a Berlín, empezaron a encontrar los campos de concentración. Allí la humanidad sintió vergüenza de los que es capaz de hacer el hombre.

Helena Finkelstein. Sobreviviente del Holocausto

“Nos hicieron desvestir, y uno por uno tuvo que brincar a la fosa, al hueco, y acostarse unos a otros. Y mataron”.

Jacobo Brod. Sobreviviente del Holocausto

“Tengo un cuadro que no lo puedo borrar de mi mente: pilas de esqueletos humanos, amontonados uno sobre otro, secándose al aire libre, para después entrar al horno”.

Eugenia Unger. Sobreviviente del Holocausto

“¿Dónde estabas cuando veías que un nazi agarraba una criatura y la rompía en dos...? ¿Dónde estaba cuando los nazis agarraban la piernita y rompían la cabecita en las paredes? ¿Dónde estaba Dios?”

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1948 - 1951

Después del Holocausto una gran marea de gente sin hogar divagó por Europa, muchos sin poder volver a su lugar de origen, llenos de miedo y en condiciones físicas y mentales críticas; se encontraban desesperados en busca de alguien conocido que le pudiera brindar un lugar dónde reiniciar su vida. Algunos entraron en campos de refugiados que administraban las fuerzas aliadas. Casi setecientos mil judíos emigraron a Israel, otros a Estados Unidos, y otros a países que los recibieron luego de largos procesos de visados, donde todavía aun tuvieron que enfrentarse a la incredulidad de quienes escuchaban su historia.

Hoy casi setenta años después, algunos sobrevivientes cuentan su historia, para evitar que esto nuevamente se repita.