Discurso en Foro Judicial Internacional “Nuevas Propuestas para la Prevención y Sanción del Genocidio” en Paraguay - Ralf Steinmetz

Discurso en Foro Judicial Internacional “Nuevas Propuestas para la Prevención y Sanción del Genocidio” en Paraguay - Ralf Steinmetz

Salón Auditorio del Palacio de Justicia

Martes, 18 de marzo de 2014

Asunción, Paraguay

 

Ralf Steinmetz

Descendiente de alemanes nazis

 

Soy alemán, y estoy aquí realmente de una gracia no merecida. Crecí en una ciudad universitaria. En esa ciudad se entrenaron y entrenaron la mayor cantidad de los asesinos nazis para los campamentos de concentración, quienes de ahí salieron y quienes de ahí son culpables de matar 600.000 judíos.

Muchos de esos estuvieron escondidos, los descubrieron no antes de 2005.

Mi abuelo fue un soldado del ejército de Hitler, de la Berna; él volvió de la guerra y guardó silencio, no habló, no contó nada.

Hoy supimos también, una gran mayoría de los soldados de la Berna también estuvieron envueltos en las atrocidades contra los judíos. Nadie quedó sin saber, sin conocer.

Y todo lo que los nazis han hecho fue posible porque la grande mayoría de los alemanes, los ciudadanos, se quedaron en silencio, dejaron hacer a los nazis lo que querían hacer.

Después de la Segunda Guerra Mundial todo lo que se vio, escuchó y vivió fue ocultado debajo de un manto de silencio. En nuestra propia ciudad comenzábamos, 2004, a ver qué pasó en la Segunda Guerra Mundial. Esa ciudad universitaria tenía altos problemas sociales, muchas crisis económicas, mucha gente en el límite de pobreza.

Cuando descubrimos la culpa del nazismo en esa ciudad, comenzábamos a revelar a todos, a confesar la culpa, lo más… Alemania siempre se escondió detrás de una culpa colectiva.

Yo mismo crecí y digo: No, eso fueron mis antepasados, yo no tengo nada que ver con esto. Pero en 2002 comenzó que dábamos cuenta: “Sí, nosotros mismos tenemos que ver con todo esto.” Descubrimos la culpa de nuestros antepasados, de nuestros padres, de nuestros abuelos. Estábamos que se culpa a un hombre y nombrábamos. Descubríamos la culpa en nuestras propias familias. No había más los nazis sino las propias familias estuvieron envueltas en ese genocidio contra el pueblo judío.

Ahí comenzó un cambio en nuestra ciudad. Hoy Dublin tiene un intendente con raíz judía. Dublin hoy, ocho años después de eso es una ciudad próspera, no tiene más trabas. Ocho años antes no podíamos imaginar esto.

La gracia no merecida significa para mí no esconderme detrás de una culpa colectiva, sino ver y reconocer la culpa de nuestros padres y antepasados, de nuestros abuelos, y encontrar palabras que ellos no encontraron cuando volvieron de la Segunda Guerra Mundial.

El antisemitismo es genocidio, no conoce etnias, credos o límites políticos. Nuestro silencio e indiferencia hace posible que el antisemitismo pueda hacer lo que quiere hacer.

Atrás del antisemitismo están nuestras mentiras, nuestro egoísmo y nuestro celo. Los nazis solamente podían hacer porque los alemanes después de la Primera Guerra Mundial, en sus necesidades estuvieron llenos de celo, de indiferencia, con la meta de prosperarse en la pertenencia del pueblo judío. Y los judíos eran alemanes en Alemania, ciudadanos alemanes, pero el celo y la indiferencia rompió todos los valores bíblicos que Alemania tenía. No había más límites: matar, traicionar el destino judío, con la meta de prosperarse en la pertenencia que él tiene.

Un país de celo, país de orgullo, país de indiferencia. Los nazis podrían caminar todo con el Holocausto, con la Shoá.

Nosotros debemos aprender de nuestro pasado, debemos estar listos, ver la culpa que la dictadura de los nazis ha traído a Alemania, a nuestras familias; debemos romper el silencio sobre nuestras familias, sobre nuestras mentiras y egoísmo, celo e indiferencia. Debemos agradecer y honorar los valores que protegen nuestros matrimonios, nuestras familias y nuestro pueblo. Son valores que tenemos del pueblo judío.

Quienes somos una ciudad, un pueblo civilizado: por el pueblo judío. Alemania misma, su riqueza, viene por el pueblo judío.

En la época de los nazis, Alemania, nuestras familias perdieron todo, porque pisaron, ignoraron todos estos valores que tenemos por la Biblia. Debemos enseñar a nuestros hijos a amar los valores bíblicos, amar al pueblo judío. Debemos aprender del pasado para tener un futuro mejor.

Muchísimas gracias.