Dr. William Soto | XXIX Reunión del Comité Ejecutivo De La Red De Mujeres Parlamentarias Y De La Comisión De Medios De Ambiente Y Desarrollo Sostenible De La Confederación Parlamentaria De Las Américas

Muy buenas tardes a todas y todos los honorables representantes de los parlamentos en la vigésima cuarta reunión de comité ejecutivo de la Confederación Parlamentaria de las Américas, del Comité Ejecutivo de la Red de Mujeres Parlamentarias y la reunión de la Comisión de Medio Ambiente y Desarrollo Sustentable. Mis felicitaciones por esta organización que reúne a todos los congresos y las asambleas parlamentarias de los estados unitarios, federales, delegados y asociados, los parlamentos regionales y las organizaciones interparlamentarias de las américas.

En nombre de la Embajada Mundial de Activistas por la Paz, agradezco la oportunidad de participar en estas reuniones tan importantes, ya que, en este recinto se encuentran personas que se esfuerzan por desempeñar de manera idónea la gran responsabilidad de cuidar los intereses, de canalizar las soluciones de las problemáticas y de orientar el crecimiento y desarrollo social y económico de las naciones que representan.

Quiero comenzar esta intervención con una frase proveniente de la sabiduría de los nativos o pueblos originarios de norte américa y que se le atribuye al jefe Pontiac de la tribu de los Ottawa. “Cuando la sangre de tus venas retorne al mar, y el polvo en tus huesos vuelva al suelo, quizás recuerdes que esta tierra no te pertenece a ti, sino que tú perteneces a esta tierra.” Conservando esta frase en nuestras mentes les pido por favor que observen las imágenes que les presentaré a continuación; las mismas están acompañadas con sonidos captados por las ondas y velas RSP en el año 2012, de las cuales la Administración Nacional de la Aeronáutica y del Espacio, NASA por sus siglas en inglés, ha comprobado científicamente que nuestra madre tierra habla.

En el año 2012, la NASA divulgó la mejor imagen de nuestra madre tierra tomada hasta los momentos. La imagen de la izquierda nos muestra una fotografía de nuestra madre tierra tomada desde el principio, desde el espacio en el año 1978. A la derecha nos muestra esa fotografía del año 2012. Podemos ver cómo en apenas 34 años el territorio de Norteamérica ha sufrido una fuerte degradación. Continuamos observando una pequeña muestra de los daños que la humanidad le ha causado a nuestra madre tierra.

Cancún, 1979 y 2009. El crecimiento acelerado de la población urbana en Cancún, México ha sido como la desmedida cantidad de agua contaminada que desemboca en la costa mejicana, entre otras cosas, ha significado una pérdida de la biodiversidad de esa zona.

Rondonia - Brasil; 1975 y 2009. La imagen nos muestra el estado de Rondonia en el oeste de Brasil, una de las zonas más deforestada de la amazonia suramericana.

Alberta – Canadá; 2000 y 2007. Se observa el deterioro causado por el nacimiento de la minería de arenas petrolíferas a orillas del río Athabasca durante la década de 2000.

La madre tierra tiene vida, la madre tierra es un ser viviente, un ser vivo. Esto no es un concepto nuevo, nuestros pueblos originarios así la consideran, y por ello la cuidan, la protegen, la respetan y la honran. *Gea, Gaia, kanyi, iridia, Pachamama, tara, bura-bura*; así la llamaban nuestros ancestros y en la actualidad los pueblos originarios aún la nombran de esta manera a nuestra madre tierra, entonces ¿por qué grandes sectores de la humanidad no la consideran así?

La madre tierra nació libre, los seres humanos no la creamos, nosotros fuimos creados por ella, por eso estamos llamados a comportaros fraternalmente con nuestra madre tierra y con los demás seres vivos. En vez de cuidarla como nuestra fuente de vida nos hemos dedicado a dañarla a destruirla, sin darnos cuenta de que nos estamos destruyendo a nosotros mismos. Por eso insistimos en que nuestra madre tierra es un ser vivo que como tal debe ser protegido.

Grandes comunidades y expertos científicos han presentado teorías, hipótesis que consideran a nuestra madre tierra como un organismo pudiente que sabe ser capaz de auto regularse. Cabe destacar la hipótesis o teoría de Gaia, cuyos precursores son: el químico James Loftus y la bióloga *Yim Makbiussis. Desde el año 1969 luego de cuatro convenciones mundiales sobre la hipótesis en el año 2001, más de 1000 científicos provenientes de 100 países en un evento auspiciado por la Organización de las Naciones Unidas aprobaron y firmaron la declaración de Ámsterdam sobre el cambio global en donde respaldan estas teorías científicas.

Sobre esta base en el año 2009 la ONU aprobó la resolución 63278 en la cual reconoce que la madre tierra y sus ecosistemas son nuestro hogar y que existe una interdependencia entre los seres humanos, las otras especies y ella misma, declarando así, el día internacional de la madre tierra. Tomando en cuenta los postulados ancestrales, científicos y humanísticos se hace necesario el reconocimiento mundial de la madre tierra como un ser vivo que da origen a todo lo que en ella se desarrolla. Y al considerarse un ser vivo es un sujeto de derecho que todos los seres humanos debemos respetar.

Desde 1972 diferentes organizaciones sociales luchan por este reconocimiento y han tenido grandes avances en este propósito. En 1982 la ONU aprobó la Carta Mundial de la Naturaleza. En 1992 se realizó la declaración de Río sobre medio ambiente y desarrollo que declara la naturaleza integral e interdependiente de la tierra nuestro hogar. En el año 2000, gracias a la participación destacada de intelectuales académicos y la sociedad civil, fue aprobada la Carta de la Tierra, la cual exhorta al respeto y cuidado de la vida en toda su diversidad con entendimiento, con pasión y amor.

En el año 2009 la ONU aprobó la resolución 64196 en la que propone a la humanidad trabajar con la promoción de la vida en armonía con la naturaleza y a que hagan llegar al secretario general sus visiones, experiencias y propuestas al respecto. En el año 2010 en el marco de la conferencia mundial de los pueblos sobre cambio climático organizaciones de 197 países trabajaron y aprobaron el proyecto de la declaración universal de los derechos de la madre tierra en Cochabamba, Bolivia. Este proyecto fue presentado en la *COP Cancún 2010 y en la Cumbre de Río 2012 pero él mismo no ha tenido continua promoción mundial.

Entonces, ¿Qué esperamos los pueblos del mundo y en especial, de las américas para reconocer, respetar y proteger los derechos de nuestra madre tierra? Ella, así como tiene vida, tiene sus propios ciclos y leyes naturales. Lo paradójico es que la madre tierra ha estado sometida a decisiones y acciones inescrupulosas de los seres humanos debiendo ser nosotros los llamados a sujetarnos a esas leyes, pues la madre tierra existió primero y el ser humano proviene de ella.

Como ustedes bien lo saben, algunos países de las américas han dado un paso adelante en ese sentido, como Ecuador en su Constitución política reconoce los derechos de la naturaleza o Pachamama, y Bolivia que promulgó la ley de derechos de la madre tierra. En las constituciones y legislaciones ambientales del continente americano se reconoce la importancia de proteger el medio ambiente pero no se reconoce a la madre tierra que da sustento a las demás especies sino como un bien a proteger.

Por eso, como un aporte de la Embajada Mundial de Activistas por la Paz, para que ustedes parlamentarios de las américas puedan llevar a sus respectivos países, le den seguimiento a la propuesta anterior y procedan a impulsar las respectivas iniciativas de ley que hagan efectivo esos cambios constitucionales y ajustes legales, les presento, les presentamos la definición legal que propone nuestra institución de lo que significa la madre tierra como ser vivo.

Llamamos Madre Tierra al planeta del cual fuimos creados, al igual que las múltiples formas que comprenden su biósfera, atmósfera, biodiversidad y sus ecosistemas, de las cuales dependemos porque nos provee un hogar, alimentos, medicinas y los recursos para trabajar y satisfacer todo lo que necesitamos. Es un ser vivo que trasmite vida a todos los procesos ecológicos y los sistemas esenciales para la supervivencia de todas las especies incluyendo el ser humanos.

Tiene sus propios ciclos y leyes naturales que deben ser respetados, guardados y protegidos para el sustento y mantenimiento de la vida en la madre tierra. Todos tenemos una madre que nos trajo a este mundo a quien respetamos, protegemos y agradecemos por darnos la vida. Así mismo, tenemos nuestra madre tierra, nuestro cuerpo físico proviene de su polvo. Ella nos da un hogar, nos provee todo lo que necesitamos para subsistir, el agua, el aire que respiramos, el alimento para vivir, medicina y hasta los recursos para trabajar y desarrollar nuestra economía. Por tal razón, debemos también respetarla, protegerla, cuidarla porque de ella depende la conservación de todos los seres vivos que la habitamos.

Infortunadamente muchos de los pueblos de la tierra han ignorado su origen, lo que somos, a quién debemos la existencia y el sustento. Nuestra madre tierra nos está dando señales, nos está hablando, nos está diciendo que ha sido esclavizada, abusada, ignorada y está enferma. Por esta razón, estamos llamados a reconectarnos con nuestra madre tierra y a establecer las bases equilibradas que permitan un futuro sustentable donde se reconozca la interrelación entre los derechos fundamentales del ser humano y los derechos fundamentales de la madre tierra y sus demás hijos.

Tomando en cuenta estos antecedentes de la historia reciente, la Embajada Mundial de Activistas por la Paz, proponemos que los estados y naciones de las américas reconozcan que nuestra madre tierra es un ser vivo del cual depende nuestra vida. Para éxito de esta propuesta se pueden seguir las directrices siguientes:

Consagrarla a nivel constitucional de reconocimiento expreso de los derechos de la madre tierra bajo la categoría de derechos fundamentales y la obligación que tienen las autoridades que tienen en el ámbito de su competencia de promoverlos, respetarlos, protegerlos y preservarlos. Estableciendo los mecanismos de protección y defensa de los derechos de la madre tierra.

Segundo, expedir una ley secundaria o reglamentaria de disposición constitucional anterior en la que se reconozcan y precisen cada uno de los derechos de la madre tierra. Se establezcan los mecanismos para dar su protección y defensa; además de ser tipificados los delitos que se puedan cometer al violar estos derechos, las sanciones aplicables y los procedimientos para la investigación, enjuiciamiento y castigo de los responsables.

El ser humano fue colocado para guiar, respetar, guardar y proteger nuestra madre tierra. Para ser guardián de la geosfera, de la biósfera, hidrósfera y todos sus ecosistemas. Si hablamos en términos jurídicos, el ser humano viene a ser guardián legal o tutor legal de la madre tierra y, por consiguiente, tiene la obligación *fiduciaria y obligación de cuidado de la misma, así como de todas las especies que habitan en ella.

Los problemas que padece la madre tierra no comprometen a un solo estado sino al concierto de naciones, por eso, mi llamado es a la solidaridad internacional. Es tiempo de que las naciones establezcan un firme compromiso que instrumenten en el ámbito de derecho internacional los mecanismos de protección y efectivo respeto a los derechos de nuestra madre tierra, que no pueden quedar subordinados exclusivamente a las jurisdicciones nacionales, porque estos derechos tienen la jerarquía de universalidad y, por tanto, su reconocimiento y afirmación constituyen la única básica sólida del bien común internacional fundado en el imperio del derecho.

Es por estas razones que la Embajada Mundial de Activistas por la Paz se suma a la labor que han venido impulsando ya hace varios años tanto organizaciones de la sociedad civil como organismos gubernamentales y regímenes internacionales. La Organización de las Naciones Unidas y de manera especial la comisión de la ONU en materia de derecho internacional, que por lo menos, desde finales del siglo XX venía preparando la aprobación de un código de crímenes contra la paz y la humanidad, incluyendo entre estos los daños intencionales y graves causados al medio ambiente.

Como bien cita en su página oficial la Organización Internacional “fin del ecocidio en la tierra” que lucha por eliminar el ecocidio, la madre tierra sufre por la sociedad industrializada moderna y globalizada, lo que resulta en extinción masiva de especies y cambio climático poniendo en peligro la supervivencia de las generaciones futuras. Se requiere un marco jurídico internacional para proteger esos derechos de corporaciones codiciosas. Es necesario concientizar a la humanidad y particularmente a las autoridades internacionales que los daños causados a la madre tierra son problemas globales que requieren soluciones en el ámbito mundial.

En este marco, la EMAP promueve a la par con otras organizaciones internacionales la tipificación de un delito de orden nacional e internacional como es el ecocidio, para que se convierta en el quinto delito competencia de la corte penal internacional. El ecocidio también debe ser tipificado en las legislaciones nacionales, a fin de responder al reto de frenar la impunidad de los delitos en contra de la madre tierra y perseguir a quienes la destruyen, a quienes están socavando los fundamentos de la sociedad mundial y ponen en riesgo la existencia en la madre tierra.

El ecocidio ha sido profusamente descrito y discutido en muchas instancias. Desde el año de 1970, el concepto de ecocidio como un crimen internacional se proclamó en una conferencia realizada en Washington y fue presentada por Artur Galston en 1972 en diferentes conferencias y convenciones internacionales sobre el tema. Llevó a la luz pública el uso de armas químicas en la guerra de Vietnam considerándolo un ecocidio.

*Richard Park y Robert Jam*, en la convención de las naciones unidas sobre el ecocidio de guerra en 1973 redactaron un convenio para declarar y reconocer implícitamente que el hombre consciente e inconscientemente ha causado daños irreparables al medio ambiente en tiempos de guerra y de paz.

En 1996 el abogado canadiense y australiano *Mark Breit publicó su propuesta de 1988 por un delito internacional de ecocidio basada en el derecho internacional de los derechos humanos y ambientales establecidos. Es más, el ecocidio fue discutido por la comisión de derecho internacional en el proyecto de crímenes contra la paz y la seguridad de la humanidad el cual posteriormente se convirtió en el Estatuto de Roma. Si bien el Estatuto de Roma codifica cuatro crímenes: genocidio, crímenes de guerra, crímenes contra la humanidad y crímenes de agresión; el ecocidio se consideró en su momento, pero fue excluido y quedó relegado como delito contra el medio ambiente.

En 2010, la mujer experta en derecho ambiental *Polly Higgins encabezó la iniciativa “Erradicando el Ecocidio” con el fin de hacer del mismo un delito presentando la propuesta a la comisión de derechos de la ONU en el 2012 en varios congresos y congresos mundiales.

Tomando en consideración estas iniciativas basados en diferentes investigaciones y aportes de especialistas, a continuación, procederé a presentarles el concepto que estaremos promoviendo desde la EMAP como Ecocidio: La destrucción o deterioro total o parcial de uno de los varios ecosistemas que existen en cualquier región del planeta tierra. La caza y pesca indiscriminada que provoque o amenace la extinción de cualquier especie animal. La explotación más allá del uso razonable de suelos y que amenace o provoque erosión o deforestación, así como la contaminación de las fuentes de vida de los seres vivos como son el agua, el aire o cualquier otro daño grave que se cause al medio ambiente y a los recursos naturales de la madre tierra que ponga en peligro a cualquier forma de vida o amenace su extinción.

Todos estos hechos mencionados siempre que sean causados por la intervención de la actividad humana en forma intencional o por negligencia de forma directa o indirecta. Lo que se pretende es dotar a la comunidad internacional de un instrumento jurídico que le permita hacer frente a las peores situaciones que escapan a las jurisdicciones nacionales. Proteger a la madre tierra, incluso mediante el derecho penal como último recurso, significa garantizar la supervivencia de la humanidad a largo plazo.

Es aquí y ahora, pactando un compromiso entre los que conforman la confederación parlamentaria de las américas enmarcado en las directrices siguientes: reconocer que la madre tierra es un ser viviente y que como tal tiene derechos que deben ser protegidos y preservados. Esos derechos ya están inmersos en la Carta Mundial de la naturaleza aprobada por la asamblea general de las naciones unidas en su resolución 377 del 28 de octubre de 1982.

La defensa de los derechos de la madre tierra deben tener el mismo valor vinculatorio que actualmente se les ha conferido a los derechos humanos y, por tanto, se debe impulsar su inserción en las cartas constitucionales de los respectivos países y de sus leyes secundarias.

Segundo. Promover la adhesión mediante la firma de *ramificación a la carta mundial de la naturaleza aprobada por la asamblea general de las naciones unidas en la resolución 377 del 28 de octubre de 1982, si aún no lo han hecho sus respectivos gobiernos.

Tercero. Ordenar una revisión interna de la legislación ambiental de su país para determinar si la misma cumple con los objetivos establecidos de establecer políticas públicas para revertir o al menos detener la degradación de los ecosistemas de la geosfera, biósfera, atmósfera, hidrósfera y demás problemática colateral.

Cuarto. Independientemente de la propuesta que viene impulsando la Embajada Mundial de Activistas por la Paz – EMAP, para convertir al ecocidio en el quinto delito competencia de la corte penal internacional proceder a la tipificación correspondiente de ese delito y sus propias legislaciones penales, nacionales es necesaria la revisión de los instrumentos legales y particularmente de las *codificación penal federal para configuración de los delitos por daño a la naturaleza. Si no existen, proceder a incorporarlos para que además de perseguir la reparación del daño, sean sancionados severamente los responsables. Además de impulsar los cambios que sean necesarios en el ámbito legislativo para que en los sistemas de procuración y administración de justicia se instrumente la creación de las fiscalías y observatorios ciudadanos especializados en la investigación y persecución de los delitos ambientales donde aún no existan. Así como la instauración en el ámbito judicial de los juzgados también especializados encargados de administrar justicia por los atentados que sufra la madre tierra.

En este mismo orden se propone en el ámbito regional la creación de una corte de las américas para asuntos de la madre tierra, especializada en el enjuiciamiento y sanción de los delitos contra la madre tierra en el territorio de las américas.

Quinto. Unificar la legislación ambiental que existe en el ámbito internacional a partir de los diversos tratados bilaterales y multilaterales que en materia de protección y preservación del medio ambiente los recursos naturales han sido aprobados y *erratificados por cada uno de sus países, y proceder a adaptar esos tratados en la legislación interna en las respectivas constituciones y leyes secundarias.

Sexto. Establecer programas educativos y de comunicación en el tema ambiental de manera obligatoria y de tipo transversal en los sistemas educativos formales e informales, en los medios de comunicación público y privados, en las familias, comunidades, las empresas y organismos públicos para la promoción y formación de la *ciudad verde, sustentable a fin de que las nuevas generaciones crezcan con la conciencia del reconocimiento de nuestra madre tierra como un ser vivo y del compromiso cívico de defender sus derechos, de proteger todo lo que la conforma y hacer buen uso de sus recursos de manera armónica y sustentable.

En resumen, proponemos la aprobación de un pacto parlamentario de las américas con las directrices que han sido fijadas y los seis puntos anteriores, para que se establezca un compromiso firme de los legisladores presentes en el cumplimiento de esos objetivos, contando con el respaldo de la EMAP para la preparación de los proyectos de ley o iniciativas correspondientes.

No podemos desligarnos de la madre tierra, somos parte de ella, si la ofendemos pagaremos las consecuencias. Hay una ley universal de la causa y las consecuencias, así como hay un texto bíblico cristiano que habla de la ley de la siembra y de la cosecha, efectivamente cosechamos lo que sembramos. Si deseamos un mejor mañana para todos, debemos empezar desde ahora a trabajar para restaurar la salud y bienestar del único hogar que tenemos los seres vivos: la madre tierra.

Ustedes tienen el poder de legislar y generar cambios, dense la oportunidad de hacerlo ahora en favor de sus hijos, sus nietos, sus bisnietos y su descendencia. Lo que todos nosotros queremos es la paz y la felicidad plena de todos los seres humanos viviendo en un mundo mejor, justo, equilibrado y en armonía con nuestra madre tierra.

A continuación, dejo a la licenciada Carmen Salzano, comunicadora social, ecologista, miembro del consejo y proyectos de la Embajada Mundial de Activistas por la Paz. Quien ofrecerá nuestras conclusiones y tendrá a bien responder sus preguntas. Muchas gracias.