Cristina Bonillo Olivares | La RSE: Diferencia la marca y genera felicidad
Cristina Bonillo Olivares

Cristina Bonillo Olivares | La RSE: Diferencia la marca y genera felicidad

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Nota de transcripción: El texto a continuación fue digitado y revisado en vivo, durante la transmisión de la ponencia y/o traducción. Es posible que esté en proceso de posteriores revisiones para su mejoramiento. De ser requerido, puede ser verificado con la grabación correspondiente. (Sugerencias o comentarios: transcripciones@emapaz.com)

 

Muchas gracias. Buenas tardes.

Pues lo primero que quería es agradecerles su presencia hoy aquí y la oportunidad que me ha dado la CUMIPAZ y la Embajada de estar hoy aquí. Estoy gratamente sorprendida de la convocatoria, la energía positiva que puedo sentir en este salón, a pesar de que terminamos de almorzar hace apenas 10 minutos y es una hora complicada.

Me gustaría contarles un poco sobre las prácticas de Unilever pero, más que contarles sobre las prácticas de Unilever, quisiera que entendiéramos por qué lo hacemos, por qué hacemos negocios sostenibles. Todo tiene ciertamente una explicación; no lo hacemos por marketing, no lo hacemos porque ahorramos, aunque ambas cosas son beneficios que vienen intrínsecos. Sin embargo hacer negocios sostenibles… (No sé si tenemos un… para poder pasar… Perdón, es que les quiero ir mostrando el porqué).

Mientras tanto les cuento por qué nosotros migramos de hablar de responsabilidad social a negocios sostenibles. Para nosotros hacer negocios sostenibles, está metido dentro del día a día de la compañía. No es algo que haga yo, Cristina Bonillo, en la empresa y lidere yo, sino que nuestro presidente lidera proyectos de sostenibilidad y desarrollo, nuestro vicepresidente de cadena de suministro lidera proyectos de sostenibilidad, nuestros gerentes de marketing, sus propias marcas tienen sus proyectos de sostenibilidad.

Entonces, lo bonito de esta compañía y lo que nos conecta a todos es que realmente la manera de hacer negocios es diferente, está pensada en llegarle al consumidor con un valor agregado distinto.

Acá creo que tenemos un marco que todos conocemos bastante bien, que son los Objetivos de Desarrollo Sostenible.

Yo podría empezar a contarles todos los proyectos que tenemos y cómo cada uno empata a cada Objetivo, y prácticamente tendríamos proyectos en todos los Objetivos, pero no es el punto. Yo quiero explicarles que para nosotros los Objetivos de Desarrollo Sostenible —además de ser ciertamente objetivos que promueven el desarrollo ambiental y el desarrollo social— también son oportunidades de mejorar la economía, y en la medida en que mejoramos la economía el desarrollo llega a los países.

Esta es nuestra visión. ¿Para nosotros qué significa sostenibilidad? Significa crecer más como compañía, llegarles más a los consumidores con marcas con propósito.

Ahí les coloque un dato: el 46% del crecimiento de nuestra compañía a nivel global está impulsado por las marcas con propósito. ¿Y esto qué significa? Son marcas que de alguna manera tienen un impacto social o medioambiental positivo; es decir, que prácticamente la mitad del crecimiento ya está viniendo de este tipo de marcas. Y eso tiene otro significado más, y es que los consumidores están cada vez más preocupados por los productos que compran y cómo estos impactan en el planeta.

En la medida en que nosotros logremos tener mejores programas y mejores marcas, vamos a lograr también ese crecimiento para seguir invirtiendo en mejores marcas.

Además, nos genera menores riesgos. Por ejemplo, les cuento que el 56% de las materias primas agrícolas que nosotros consumimos ya proceden de fuentes sostenibles. ¿Eso qué significa? Significa que tenemos campo “para rato”, como nos gusta decir. Si explotamos la tierra de una manera irresponsable, pensando que los recursos no tienen límite, no tendremos materias primas para producir mañana. En la medida en que podemos generar compras sostenibles, estamos garantizando un abastecimiento para el día de mañana y estamos garantizando mejores oportunidades para los agricultores y los proveedores.

Además, la sostenibilidad tiene otra ventaja, y es que genera ahorros, tenemos menos costos. Al principio las inversiones son caras; si uno quiere, por ejemplo, instalar paneles solares, pues es una inversión que obviamente tiene un costo en un inicio, pero el retorno de la inversión es mucho mayor. La prueba está en que nosotros hemos medido alrededor de 490 millones de euros de ahorro en los últimos 7 años desde que empezamos a implementar nuestra estrategia de sostenibilidad.

¿Qué vemos nosotros de oportunidades en el sector de las inversiones socioambientales? Sabemos, según la Organización Mundial de la Salud, que por cada dólar que nosotros invirtamos en un proyecto que tenga que ver con saneamiento el retorno de la inversión puede ser de hasta 6 dólares; por cada persona en la que nosotros invirtamos un dólar, para sacarla de la desnutrición, vamos a tener un retorno en la economía de 17 dólares; y por cada dólar que invertimos en agua potable, en acceso a agua potable, el retorno de la inversión puede estar entre 5 y 60 dólares.

Entonces, ¿es o no es una oportunidad para la economía el desarrollo? ¿Ustedes qué opinan? Claramente; y en esa línea es que nosotros venimos trabajando.

Por ejemplo, acá en Centroamérica… Yo tengo que decir una cosa, y es que he trabajado durante los últimos 10 años de mi vida en Centroamérica, y especialmente desde este querido país Guatemala, al que adoro; así que voy a traer muchos ejemplos de Centroamérica, porque me trae muy muy buenos recuerdos.

Entonces trabajamos en Centroamérica con muchas instituciones, pero algunas de las que trabajamos para traer esos beneficios que les acabo de contar a la economía son los bancos de alimentos, el Programa Mundial de Alimentos en El Salvador o nuestro Programa de Autoestima 2, que trata de capacitar a niños y niñas para evitar el tema del bullying y el acoso escolar, que es uno de los problemas más graves que tenemos ahora en las escuelas.

Si nos vamos a ver, seguimos viendo ventajas de las inversiones sociales.

Yo hablaba antes de la agricultura sostenible; la agricultura sostenible tiene un porqué. Hay estudios de la FAO (que es la Organización Mundial para la Agricultura y la Alimentación) que nos indican que, si restaurásemos el 12% de los suelos que están degradados ahora mismo, los pequeños agricultores tendrían oportunidades por más de 35 billones de dólares anuales, y esas oportunidades nos permitirían alimentar a 200 millones de personas por los próximos 15 años.

Sabemos que actualmente 800 millones de personas en el mundo todavía pasan hambre; si lográramos solamente restaurar el 12% de esos suelos, podríamos alimentar a 200 de esos millones de personas por los próximos 15 años. Tenemos que trabajar en esa dirección, por tanto.

Y además hay un problema muy grande también con las empresas que trabajamos en el tema de alimentos, como es el caso de un Unilever. ¿Saben que al año se desperdician 1300 millones de toneladas de alimentos? 1300 millones de toneladas. Imagínense lo que supone eso para la economía, para la cantidad de personas que podríamos alimentar y también para las emisiones de carbono.

Sabemos que las emisiones de carbono… Si el desperdicio de alimentos fuera un país, ¿ustedes qué número creen que ocuparía como emisor de carbono? ¿El uno, el dos, el tres?, si se llamara “País Desperdicio de Alimentos”. Les cuento que sería el tercer país emisor de CO2 a la atmósfera, por detrás de China y Estados Unidos.

Entonces, ¿tenemos que trabajar para solucionar estos problemas? Sí, tenemos que trabajar. Y por eso venimos haciendo cosas como esta campaña que hemos hecho en Argentina, donde les hemos llegado a 8 millones de personas a través de una alianza con FAO y Carrefour para concientizar al consumidor en el desperdicio de alimentos, porque sabemos que el 30% del desperdicio de los alimentos se da en la casa. Entonces tenemos que ser capaces de llegarle al consumidor, de enseñarle al consumidor a comprar responsablemente y a utilizar responsablemente los recursos que compra.

Sabemos también que las empresas que invierten para paliar el cambio climático tienen un retorno de inversión mucho más alto que las que no lo hacen (concretamente un 18% más), y sabemos que si migráramos a una economía circular (es decir, que pudiéramos aprovechar todo lo que estamos hoy día votando al vertedero, a los océanos, etc., que por cierto es más del 90%) podríamos generar 100 000 nuevos puestos de trabajo en los próximos 5 años. Así que nosotros hemos decidido trabajar también por los recursos naturales.

Un ejemplo es la planta que tenemos aquí al lado en El Salvador, de detergentes; es una planta ejemplar: ha logrado reducir en el último año el 40% del consumo de agua a través de la recolección de aguas lluvias, de la instalación de sistemas eficientes. Y esto, ¿saben a cuánto equivale? Equivale a 75 000 botellas de agua, de las que nos bebemos todos los días. Así que creo que es una práctica a replicar por toda Latinoamérica.

Y lo último que les cuento: las mujeres, la inclusión, la diversidad. Las mujeres son parte de la economía, pero todavía ocupan un lugar mucho más abajo en general que los hombres.

Los estudios de consultoras y de ONU Mujeres nos indican que, por cada año de secundaria extra que una niña logra terminar, sus oportunidades de ingreso van a crecer alrededor de un 20%. Las mujeres movemos la economía: vamos al supermercado, movemos a nuestras familias; por tanto, invertir en la educación de las niñas es realmente importante para poder seguir moviendo el mercado, los trabajos, generar oportunidades y familias más saludables. Y por eso, por ejemplo, en el caso de Latinoamérica estamos implementando este programa, que se llama Shakti, que significa ‘mujer con poder’ en idioma hindú.

Shakti es un programa por el que les llegamos a mujeres rurales, remotas, que no tienen oportunidades de empleo ni estudios, y les ofrecemos la oportunidad de poder distribuir nuestros productos en pequeñas cantidades y quedarse con el retorno de la distribución, en vez de hacerlo nosotros a través de otras empresas más grandes.

Les cuento el caso de Mayda, Mayda Alejandra, que es una mujer colombiana que empezó con nosotros en este programa Shakti y es un ejemplo de vida.

Mayda vivía en una comunidad remota, y a día de hoy ella solita ha logrado vender casi 400 000 euros en producto. Ha llevado el producto a 74 comunidades que no tenían acceso a productos básicos, como crema dental, jabón para el cuerpo, etc.; y además ha generado empleo para 1300 mujeres. Ella, de hecho, ha ganado un premio de Unilever a nivel global; es lo que nosotros llamamos un “héroe con impacto”.

Los riesgos son grandes, los mercados son inestables, cada día perdemos más ecosistemas. Esta mañana estaba leyendo un artículo en Colombia de la deforestación y de cómo las selvas de Colombia se están extinguiendo. La inactividad en temas de sostenibilidad nos cuesta muchos muchos millones al año. El Fondo Monetario Internacional lo ha estimado en 5.3 trillones (que yo, si les digo la verdad, no sé ni cuántos ceros son) para la economía global.

Entonces, ¿qué podemos hacer? Yo creo que lo que podemos hacer es actuar juntos, trabajar en conjunto; y aquí quiero hacerles una pregunta, y después decidimos qué podemos hacer todos juntos.

Bueno, yo creo que estamos todos en el lugar correcto hoy, porque si estamos aquí es porque realmente somos estas personas preocupadas. A veces pensamos que las grandes empresas, las pequeñas, las personas no pueden hacer cambios; sin embargo, creo profundamente —y todos los que trabajamos en Unilever lo creemos— que cualquier pequeña acción genera una gran gran diferencia en el planeta.

Así que les invito a que nos busquen, a que trabajemos juntos, a que nos traigan sus ideas, porque no vamos a lograr cumplir con todos esos objetivos abrumadores que vimos al principio si no trabajamos juntos por el planeta.

Muchas gracias.

MODERADORA

Bueno, impresionante. Todos estamos de acuerdo con eso.

José Carlos, es tu turno. Vamos a hablar de tu diferencia de marca en la generación de felicidad. Adelante.