“Propuesta para la actualización y enmienda de la Convención para la Prevención y Sanción del Delito de Genocidio, el Estatuto de Roma, y demás normatividad correlativa” - Dr. Percy Máximo Gómez Benavides

“Propuesta para la actualización y enmienda de la Convención para la Prevención y Sanción del Delito de Genocidio, el Estatuto de Roma, y demás normatividad correlativa” - Dr. Percy Máximo Gómez Benavides

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He escuchado tantas sabias disertaciones, que realmente ya no me han dejado a mi casi nada. Teníamos que hablar todos del Genocidio, teníamos que hablar del Estatuto de Roma y también de la Corte Penal Internacional. Pero, excelentes oradores que me han anticipado, han cubierto casi todo el panorama; entonces eso me obliga a mí, a tener que modificar lo que iba yo a expresar ¿no? Y lo voy hacer espontáneamente, porque creo que hay material y estímulo para hacerlo.

Antes de ello, debo dirigirme al Dr. William Soto Santiago, Embajador de esta noble institución que es la comisión por la Integración de la Paz; y a esa bella dama, que junto a otras damas también y varones, han podido poner en marcha este certamen internacional tan necesario y tan importante.

Perdónenme (es un lapsus lingüis), al doctor William Soto Santiago. Aclarado y superado ese impase, debo mencionar a la doctora Gabriela Lara, quien gracias a ella y a ese grupo humano de varones y damas, han permitido que estemos en un foro, con mucha comodidad, con tranquilidad, y quizás dejando el sueño que puede provocarnos en este momento un almuerzo tan suculento que ha habido, pero que tenemos el deber de cumplir con la programación que tenemos.

Fíjense, el gran San Agustín de Hipona, considerado el doctor de la iglesia, un hombre genial como muchos han habido en la humanidad, en pocas palabras decía lo que ayer, hoy y mañana seguirá siendo una preocupación. San Agustín decía: “Donde hay crisis, hay carencia; y donde hay carencia, hay crisis”. Y todo lo que hemos escuchado, hemos escuchando crisis y carencia. Entonces veamos cómo podemos contribuir a superar.

He escuchado hablar que han pasado muchísimos años. Armenia, hace cien años; la Convención para el Delito de Genocidio, setenta años. ¿Pero por qué miramos solamente lo último? Miremos también más atrás, y tendremos que admitir que la humanidad ha tenido sus taras y defectos, que ha arrastrado el elemento contra la paz, no en nuestra época, sino desde la época antigua; no hemos tocado a los grandes Césares, los buenos y los malos, a los zares tampoco, menos a los faraones ¿no?, que también exterminaron a menores, a niños y a muchos; y en los tiempos más adelante, a los bárbaros también, que hicieron lo propio.

Entonces preguntémonos, ¿qué está fallando en la humanidad? Creo que esa es una gran pregunta para cumplir con ese sano y altruista propósito que tiene esta comisión.

Hemos hablado de justicia, de que hacer justicia no es fácil. Los romanos representaban a la justicia con una mujer bella (como muchas que hay acá y que están presentes) solamente con un cinto que cubría los ojos en señal de la imparcialidad. Los griegos fueron más realistas, ellos representaban la justicia a un gladiador con espada y escudo y coraza. ¿Qué significaba ello? Que hacer justicia no era fácil, y tenían que estar armados para poderse defender de todos aquellos que quisieran atentar contra la administración de justicia.

Por eso es de que hoy día, después de tantos años, se quiere hacer justicia, pero qué difícil es ¿no? La Corte Penal es una es una Corte realmente representativa de la especie humana, con un encargo noble y mundial de hacer justicia; pero no pueden totalmente. ¿Por qué? No quiero mencionar los países por respeto a sus pueblos, porque sus pueblos pueden pensar distinto a sus gobernantes; pero hay cinco países, quizás algunos más, que se resisten a suscribir el sometimiento a esta Corte Penal Internacional.

Entonces, es muy fácil ser crítico, es muy fácil ubicarse en el lugar de la crítica; pero creo que también tenemos que ubicarnos en el lugar de la solución y, creo que, decir las cosas como son; dejar por un momento esa falsa moral que a veces es un elemento negativo, para que la especie humana se supere.

Thomas Hobbes decía con mucha precisión: “El hombre es el lobo del hombre”. Un dicho fuerte. Para unos, agresivo; pero para muchos muy real.

¿Quién inventa las armas? El hombre ¿Quién planifica los satélites para ubicar los blancos de destrucción? El hombre. ¿Quién proporciona el dinero? El hombre.

Entonces queridos colegas y amigos ¿Qué está pasando con la humanidad? Creo que esa es la gran pregunta.

La historia es rica, nos da muchos ejemplos. Pero creo que no podemos vivir de la historia, tenemos que ver qué podemos hacer; porque si han pasado cien años de Armenia, y no ha habido cambio, quiere decir que no estamos bien en el camino; o recordar a esos grandes líderes de La Matanza, ganamos poco también.

En la mañana realmente me sentí regocijado, y creo que ustedes también. En la Tierra hay buenos hombres todavía; y al decir eso también extiendo a las mujeres ¿no?.

Hemos visto a un hombre investido de una autoridad, en un país soberano como es Chile: al Dr. Muñoz, que rompiendo todos los protocolos… porque él es un presidente de un poder del Estado, él no puede hacer lo que hizo, porque el protocolo se lo impide; sin embargo, su sencillez, su nobleza, su civismo, hizo que se acerque al micrófono y dijo: “Ninguna ceremonia oficial empieza si no se canta el himno”; y sin música, sin grabación, sin un CD, ni todos los aparatos nuevos, ni los iPhone que también tienen sonido, él mismo hizo todo eso; y cantó; no con la voz de un tenor, porque no lo es, pero nos dio una muestra realmente de su valía como hombre ¿no? Se despojó del cargo que tienen, que a muchos a veces los envilece, se vuelven vanidosos, se transforman en su personalidad. Él se despojó del poder funcional que tenía, y nos ha dado un ejemplo que yo lo voy a difundir así como ahora en todo sitio, para hacerles entender que los cargos son pasajeros, son transitorios; los títulos son títulos.

Creo que lo que nos falta a la especie humana es ser más gente, más hombres, más humanos, ¿no? Y creo que ahí está la lucha que tenemos que hacer si no queremos esperar cien años más, y estemos en una próxima nosotros o que nos suceda en nuestra generación, y digan: “Han pasado doscientos años de Armenia y seguimos siendo lo mismo”. 

Creo que tenemos que hacer un giro. Menos mal, tenemos instituciones como a las que pertenecemos ahora, que con sacrificio, con constancia y con gran visión están realizando lo que muchos no lo hacen.

Y al decir todo esto, fíjense, alguien decía con mucha propiedad: “Enseñad a los niños y no tendréis que castigarlos cuando sean mayores”. ¿Quién decía eso? Un matemático, un filósofo: Pitágoras. Ese pensamiento genial encierra todo, una serie de elementos, y dice lo que es la humanidad. Es que la humanidad está atravesando por crisis, como lo dijo San Agustín y como antes de él lo dijo Pitágoras.

Tal vez esos gobernantes que no quieren someterse a la Corte Penal, esos gobernantes que no quieren la modificación del Estatuto de Roma, que no quieren participar en el Protocolo de Kioto, o que de repente no van a ir a esta Convención en Francia para ver el problema ecológico, pasarán. Pero necesitamos que quienes los sucedan, la generación que venga después, sea distinta de ellos, ¿no? Porque probablemente ellos no representan la verdadera de voluntad de los pueblos que tienen, sino tal vez, el pensamiento de lo que ellos persiguen. Y creo que eso tiene una raíz, una base ineludible, inocultable, que es la formación. Y la verdad, que como lo señaló Pitágoras, creo que hemos descuidado a la niñez, hemos descuidado a la juventud, y solo hemos pensado en nosotros. Y ese es el resultado de una sociedad que tenemos en crisis.

Al ver a Moisés hace un momento en la pantalla, me hizo recordar a ese exterminio que hubo de los niños en el propósito malsano de eliminar a Moisés, y no pudieron. Pero fíjense entonces, esa crisis no es de ahora, no es de la Segunda Guerra Mundial ni de la primera, esa crisis viene de mucho atrás, viene con la historia del hombre; entonces creo que nosotros más bien tenemos que dar todos de nosotros para cambiar a las nuevas generaciones.

Cuando tengamos presidentes, gobernantes, embajadores, que realmente estén premunidos de una sólida moral, de una fortaleza de espíritu, entonces cambiaremos las películas y pondremos más bien escenas que nos llenen de regocijo, que nos llenen de orgullo de nuestra especie, que nos hagan sentir que realmente somos humanos.

Y fíjense, con el respeto que tienen las religiones del mundo, la creencia ideológica en la religiosidad (eso sí lo traje yo conmigo), es que si buscamos la paz todos los que estamos aquí presentes… En este siglo XXI hay un hombre que lidera la paz, y no porque lo diga, sino porque es un hombre distinto, con el respeto que se merecen los antecesores; es un hombre que ha descendido a la sencillez, es un hombre que ha tenido la valentía de evaluar a sus propios miembros de su institución religiosa y de decirles que están haciendo mal esto, y hagan como debe hacerse; es el que ha renunciado a tanta pompa, pudiendo tenerla. Ese es Francisco. Francisco, un hombre como muchos debieran ser ¿no? Sobre todo aquellos que visten sotana y que han jurado los votos en diferentes formas. 

Y fíjense, últimamente, para regocijo de todos nosotros que estamos en busca de la paz, este hombre ha unido continentes; últimamente ha ido al país, aunque muchos no lo reconozcan, pero creo que es el país más poderoso de la Tierra, ¿o no es así senadora Iris Martínez? que lo tiene todo, ¿no?

Bueno, ha ido y ha sido recibido por el presidente más poderoso de la Tierra. Por primera vez un papa en la Casa Blanca; y luego fue a una isla que ha estado bloqueada y cuestionada. Y fíjense la muchedumbre de gente. No es gente que ha ido obligada como van en otros casos, obligada o remunerada a esas reuniones; esa es gente que espontáneamente ha ido. Entonces fíjense el poder que tiene un hombre y la convicción que tiene, creo que a él tenemos que incorporarlo. El Vaticano está en las Naciones Unidas, queremos nosotros que el Vaticano cambie, creo que todos los deseamos. Que ese Consejo de la Seguridad sea más humano, que se renueve con otros países.

Chile dejó de ser, hace poco, miembro no permanente del Consejo de Seguridad; ahora creo que es el Uruguay, pero no tienen decisión como los que están en el Consejo de Seguridad permanente. Entonces creo que es un gran avance, creo que el Vaticano no debe ser un ente observador, sino debe ser un elemento ejecutor también, que está incorporado ahí, porque representa la fe de millones. Y no es que yo quiera excluir a las otras religiones, con el tiempo también las otras religiones numerosas podrían ser observadores y después también titulares.

¿Qué es lo que perseguimos? Es que la especie humana no se extinga a sangre y fuego. Que la especie humana sea realmente respetada por nosotros mismos; y no que entre nosotros mismos estemos criticando a nuestros homólogos de especie, creo que eso tenemos que superar.

Fíjense, podríamos hablar tal vez mucho tiempo más, porque es un tema realmente, que sin haberlo preparado me sale de espontaneidad. Es algo que lo he preparado dentro de mí en pocos minutos, porque tenía que modificar mi esquema. Gracias, muchas gracias.

Muchas gracias por esa expresión; se los digo con toda humildad y con toda sencillez. Tan solo mi contribución es una partícula en el sano propósito que tenemos todos.

Les decía, hemos homenajeado a mucha gente, hemos censurado a otra, pero creo que también es digno que nos acordemos en este acto de aquellas personas, de todo lo que hemos hablado, que fueron las víctimas de todas esas instituciones que hemos hablado y que hemos debatido: de genocidio, de un Estatuto inconcluso, de una Corte que no puede todo; pero tenemos víctimas de aquellos; víctimas que podrían estar acá, pero que no lo están.

Yo les pido un homenaje a toda esa gente que se ha ido, con un minuto de silencio; y seguro que ellos nos van a estar escuchando desde lo más alto, y verán que nos hemos acordado hoy día de ellos, en un acontecimiento mundial con pensamientos distintos pero con una sola razón: buscar la paz.

Les pido que se pongan de pie y brindemos un minuto de silencio por todos los caídos: sea en guerras, o sea en cualquier forma de terminación humana.

 

[MINUTO DE SILENCIO]

Muchas gracias.

Para concluir hay un video brevísimo, que por favor pueden ponerlo en pantalla.

[Presentación del video]

Fíjense, para finalizar (y pidiendo disculpas si ha habido algún exceso en el tiempo, y a ustedes por la paciencia de haberme escuchado), debo recordar una frase que últimamente profirió un presidente diferente también, el presidente Barack Obama, justamente cuando estuvo el papa Francisco en la Casa Blanca. Y él había dicho que la paz no solamente es cuando no hay guerra; porque ese es el pensamiento común: como no hay guerra, hay paz; y Obama dijo que no se piense que cuando no hay guerra hay paz, dijo: “La paz habrá, cuando deje de haber hambre, miseria, desigualdad”. Creo que ese pensamiento es muy claro. Ya lo dijo Aristóteles: “Donde hay desigualdad, no puede haber justicia”.

Muchas gracias.

(Ver archivo pdf de la presentación del autor de la ponencia)